Encuentro. Discipulado. Servicio. Impacto.

Somos una familia que busca apasionadamente a Jesús, crece junta y sirve a su comunidad con amor

Nuestros pastores

Con un corazón dispuesto al servicio y guiados por el Espíritu Santo, los pastores Juan y Carolina Espinoza iniciaron en 2010 la hermosa tarea de pastorear la Iglesia Internacional Cristiana Cordero de Dios. Todo comenzó en el living de su casa, donde junto a sus hijos y vecinos vieron el poder de Dios manifestarse en sanidades y milagros. Desde aquel pequeño comienzo, el Señor los llevó a establecer un lugar donde plantar y hacer crecer la semilla del evangelio.

  • A black and white photo of hands raised in a crowd during a concert or religious gathering indoors.
  • A touching black and white shot of a newlywed couple holding hands with a bouquet.

NUESTRA FE

Creemos que hay un solo Dios vivo y verdadero. Él es un Ser inteligente, infinito, espiritual y personal; el Creador, Redentor, Preservador y Gobernante del universo. Dios es todopoderoso y omnisciente; y su conocimiento perfecto se extiende a todas las cosas, pasadas, presentes y futuras. A Él le debemos el más alto amor, reverencia y obediencia. El eterno Dios trino se revela a nosotros como Padre, Hijo y Espíritu Santo, con distintos atributos personales, pero sin división de naturaleza, esencia o ser.

A. Dios el Padre Dios como Padre reina con cuidado providencial sobre Su universo. Él es Padre en verdad para aquellos que se convierten en hijos de Dios a través de la fe en Jesucristo.


B. Dios el Hijo Cristo es el Hijo eterno de Dios. En Su encarnación como Jesucristo, fue concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María. Jesús reveló y cumplió perfectamente la voluntad de Dios, tomando sobre sí la naturaleza humana, pero sin pecado. En Su muerte en la cruz, proveyó la redención del hombre. Fue resucitado de entre los muertos, ascendió al cielo y ahora está exaltado a la diestra de Dios, donde es el único Mediador. Regresará en poder y gloria para consumar Su misión redentora.


C. Dios el Espíritu Santo El Espíritu Santo es el Espíritu de Dios, plenamente divino. Él inspiró a los santos hombres de la antigüedad a escribir las Escrituras. Él nos convence de pecado, nos guía a la verdad y nos da el poder para vivir una vida santa. Creemos que todos los dones espirituales están disponibles y activos hoy para que los creyentes sirvan a Dios a través de Su iglesia.

La Santa Biblia (los 66 libros del Antiguo y Nuevo Testamento) fue escrita por hombres divinamente inspirados y es la revelación que Dios da de sí mismo. Es un tesoro perfecto de instrucción divina. Tiene a Dios por autor, la salvación por fin, y la verdad por materia. Por lo tanto, toda la Escritura es infalible, totalmente verdadera y digna de confianza. Sigue siendo la norma suprema por la cual toda conducta humana, credos y opiniones religiosas deben ser probados.

La humanidad es la creación especial de Dios, hecha a Su propia imagen. Él los creó hombre y mujer como la obra cumbre de Su creación. Por su libre albedrío, la humanidad pecó contra Dios y trajo el pecado a la raza humana. Solo la gracia de Dios puede traer al hombre de vuelta a Su santa comunión y capacitarlo para cumplir el propósito creativo de Dios. La santidad de la personalidad humana es evidente en que Dios creó a la humanidad a Su propia imagen, y en que Cristo murió por todos; por lo tanto, cada persona de cada raza posee plena dignidad y es digna de respeto y amor cristiano.

La salvación implica la redención de la persona en su totalidad y se ofrece gratuitamente a todos los que aceptan a Jesucristo como Señor y Salvador, quien por Su propia sangre obtuvo la redención eterna para el creyente. No hay salvación aparte de la fe personal en Jesucristo como Señor. La salvación incluye:

A. Regeneración: O el nuevo nacimiento, es una obra de la gracia de Dios por la cual los creyentes se convierten en nuevas criaturas en Cristo Jesús.


B. Justificación: Es la absolución gratuita y plena de Dios de todos los pecadores que se arrepienten y creen en Cristo.
C. Santificación: Es la experiencia por la cual el creyente es apartado para los propósitos de Dios y es capacitado para progresar hacia la madurez moral y espiritual.


D. Glorificación: Es la culminación de la salvación y es el estado final, bendito y permanente de los redimidos.

Una iglesia del Nuevo Testamento es una congregación local autónoma de creyentes bautizados, asociados por pacto en la fe y el compañerismo del evangelio. La iglesia observa las dos ordenanzas de Cristo (Bautismo y Cena del Señor), es gobernada por Sus leyes, y busca extender el evangelio hasta los confines de la tierra. Se nos manda a no dejar de congregarnos. El Nuevo Testamento también habla de la iglesia como el Cuerpo de Cristo, que incluye a todos los redimidos de todas las edades.

El bautismo cristiano es la inmersión de un creyente en agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es un acto de obediencia que simboliza la fe del creyente en un Salvador crucificado, sepultado y resucitado, la muerte del creyente al pecado, la sepultura de la vida antigua y la resurrección para andar en novedad de vida en Cristo Jesús.

La Cena del Señor es un acto simbólico de obediencia por el cual los seguidores de Jesús, al participar del pan y del fruto de la vid, conmemoran la muerte del Redentor y anticipan Su segunda venida.

Es el deber y privilegio de cada seguidor de Cristo y de cada iglesia del Señor Jesucristo esforzarse por hacer discípulos de todas las naciones. El Señor Jesucristo ha mandado la predicación del evangelio a todas las naciones. Es el deber de cada hijo de Dios buscar constantemente ganar a los perdidos para Cristo mediante el testimonio verbal, respaldado por un estilo de vida cristiano.

El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer en un pacto de compromiso para toda la vida. Es el regalo único de Dios para revelar la unión entre Cristo y Su iglesia. El esposo y la esposa tienen el mismo valor ante Dios, ya que ambos son creados a Su imagen.

Los hijos, desde el momento de la concepción, son una bendición y herencia del Señor. Los padres deben enseñar a sus hijos valores espirituales y morales y guiarlos, a través de un estilo de vida consistente y disciplina amorosa, a tomar decisiones basadas en la verdad bíblica.

Ahora que nos conoces, ¡nos encantaría conocerte a ti!

¡Síguenos!